¿Cuando acudir a un taller para cambiar los neumáticos?
Algo vital en materia de seguridad es el cuidado de nuestros neumáticos, tanto con un control diario como con el estado de las gomas tras un determinado tiempo de uso. Cada modelo trae, según sus determinadas características, un tiempo estimado en kilómetros de uso en cuanto a la duración.
Claro que esto varía con relación al cuidado y bajos las condiciones al que sea expuesto el caucho. Un andar seguro, sin ningún tipo de riesgo para conductor y acompañantes y placentero, se consigue con los neumáticos en buen estado. Aunque el mantenimiento del vehículo debe ser global, desde la carrocería, el motor y las marchas, las gomas son uno de los elementos fundamentales en seguridad.
¿ Cambiar los neumáticos nos da señales ?
Hay determinados signos que nos van mostrando que viene llegando el momento de pasar por un taller para cambiar los neumáticos y seguir circulando con el máximo confort y seguridad. Un repaso a tres de los puntos más importantes a tener en cuenta para saber si llegó el momento de pasar por un lugar especializado a realizar nuestra renovación de caucho:
- Poca profundidad del dibujo: es recomendable revisar una vez al mes el estado de los neumáticos, para evaluar de esta forma el desgaste. Se deben cambiar cuando la profundidad sea inferior a los 3 milímetros (mm), aunque el mínimo legal son 1,6 mm. Si el neumático está demasiado desgastado podemos sufrir el denominado aquaplaning, entre otros tantos percances y no se debe dejar de pasar por el taller para cambiar los neumáticos.
- Envejecimiento: la temperatura y el mantenimiento también son causas que dañan nuestras ruedas, además de la velocidad, la carga y el lugar donde “duerma” el coche. Estos puntos se deben tenerse en cuenta como parte de los puntos a vigilar en el estado de los neumáticos, son peligros durmientes y no se deben dejar ya que no avisan, recomendamos pasar a cambiar los neumáticos en neumáticos porpoco.
- Desgaste menos evidente: Otros de los factores que se deben tener en cuenta es que las ruedas se encuentren mal equilibradas, presenten problemas de suspensión o de transmisión, tanto en el centro o en los bordes. Debemos tener en cuenta que los choques con los bordillos y los baches pueden causar daños irreparables que a simple vista no se ven, pero pueden resultar muy peligrosos.